Somos más sociables gracias al baile :)
La música y la danza están presentes en los rituales de todas las culturas humanas conocidas. “El baile es un lenguaje, una expresión que emerge de una comunidad. […]. Si te sabes los pasos significa que perteneces al grupo”, expone la coreógrafa afroamericana Camille A. Brown en una charla TED.
De las coreografías de los esclavos africanos que fueron enviados a Norteamérica al hip-hop de los años 90, pasando por el Charleston y el Lindy hop, ¿por qué bailamos? “Para movernos, soltarnos, expresarnos. ¿Por qué bailamos juntos? Para curarnos, para recordar, para decir 'nosotros hablamos la misma lengua. Existimos y somos libres”, relata Brown.
“La búsqueda de pareja casi siempre parasita otros mecanismos que ya existen", afirma a Sinc el experto en psicología evolutiva Robin Dunbar. "Respecto al baile, parece que su función primera fue la de cohesión social y luego el cortejo”. El equipo de Dunbar investiga en la Universidad de Oxford (Reino Unido) la función social de la danza, es decir por qué el baile nos hace sentir bien y más cercanos a quienes se mueven con nosotros.
“Bailar dispara el sistema de endorfinas del cerebro y genera una sensación de calidez y calma que te hace sentir más cercano a la gente que danza contigo”, sintetiza Dunbar. Esta percepción de afinidad ya aparece cuando coincidimos con alguien haciendo algo tan simple e inevitable como seguir con el pie, la cabeza o el dedo un ritmo que oímos.
Según un estudio publicado en Ethology, el baile, una forma de sincronización y ejercicio físico que dispara las endorfinas, habría sido la solución evolutiva a esta necesidad de "acicalar a distancia" y a varios individuos a la vez, para cohesionar una red social cada vez mayor.
Desde ese momento en el que el grupo de primates se amplió hasta ahora, los seres humanos habrían bailado juntos, en grupo, cada vez que surgía la ocasión. “Las danzas para provocar el trance en las sociedades cazadoras-recolectoras y los corros de estilo Zulú son las formas más clásicas que conocemos”, asevera Dunbar.
En nuestra sociedad moderna, los tipos de baile han cambiado, pero siguen estando presentes. Johnny Castle enseñaría ahora swing, Zumba u organizaría flashmobs en vez de dar clases de bailes de salón en un hotel de verano. “Anímese y disfrute bailando, ¡Todo el mundo puede hacerlo! –aconseja el investigador–. Le hará sentir mejor y le ayudará a hacer amigos, hecho que tiene más efectos beneficiosos sobre su salud, felicidad y longevidad que cualquier otra cosa”.
https://www.elespectador.com/noticias/ciencia/la-ciencia-detras-del-baile-articulo-691647
XO
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